
El acceso a la electricidad se está expandiendo a nivel mundial, pero los desafíos persisten. Si bien cada vez más personas obtienen conexiones a las redes eléctricas, problemas como los cortes frecuentes y la mala calidad de la energía siguen siendo generalizados, particularmente en las regiones en desarrollo.
La mala calidad de la energía, a menudo caracterizada por fluctuaciones de voltaje y un rendimiento eléctrico inadecuado, afecta a millones de usuarios.
Obstaculiza su capacidad para utilizar la electricidad de forma eficaz, reduce la productividad y ralentiza el desarrollo económico. A pesar de sus importantes impactos, la mala calidad de la energía recibe mucha menos atención que otros desafíos de acceso a la energía.
La mala calidad de la energía puede adoptar muchas formas, como niveles de voltaje inestables, armónicos y regulación de frecuencia inadecuada. Estos problemas son especialmente comunes en regiones con infraestructura obsoleta o con capacidad limitada. Si bien el acceso a la electricidad ha sido un foco importante de los esfuerzos de desarrollo global, la calidad de esa electricidad es igualmente crucial.
Cuando el voltaje es demasiado bajo, los electrodomésticos no pueden funcionar de manera eficiente o pueden no funcionar en absoluto. Por otro lado, el voltaje excesivo puede dañar equipos sensibles, lo que genera costosas reparaciones y reemplazos. Más allá de estos impactos inmediatos, la mala calidad de la energía suprime la demanda de electricidad. Se disuade a la gente de invertir en electrodomésticos o ampliar sus operaciones porque no pueden depender del suministro de electricidad. Como resultado, la mala calidad de la energía actúa como un freno al crecimiento económico, obstaculizando la productividad de las industrias y empresas.
Nigeria, la economía más grande de África, ofrece un claro ejemplo de cómo la mala calidad de la energía puede frenar el progreso. A pesar de su potencial económico y su creciente población, Nigeria lucha contra la falta de un suministro de energía confiable y de calidad.
Para evaluar la escala y el impacto de estos problemas, e-GUIDE llevó a cabo una auditoría energética en 74 mercados comerciales en seis regiones de Nigeria. Los hallazgos revelaron problemas generalizados con la calidad y confiabilidad de la energía. sistemas eléctricos, equipos médicos, factor de potencia
En estos mercados, sólo una de cada cuatro lecturas de voltaje estuvo dentro de un rango aceptable. El voltaje extremadamente bajo fue un problema recurrente y representó aproximadamente el 40% de las lecturas. Por el contrario, se produjeron cortes de energía en aproximadamente un tercio de las muestras.
Si bien los apagones suelen ser el foco de los debates sobre la pobreza energética, la prevalencia del bajo voltaje pone de relieve un problema más insidioso: incluso cuando la electricidad está técnicamente disponible, su uso puede ser insuficiente o inseguro.
Para las empresas de Nigeria, la mala calidad de la energía es más que un inconveniente: es una barrera importante para el crecimiento. Muchos electrodomésticos, como aires acondicionados, refrigeradores y máquinas industriales, están diseñados para funcionar dentro de rangos de voltaje específicos. Cuando el voltaje cae por debajo de este rango, el equipo no puede funcionar correctamente. En casos extremos, puede sufrir daños irreparables. Los propietarios de negocios en Nigeria informan que tienen que reemplazar sus electrodomésticos con frecuencia o invertir en costosos dispositivos de protección, como protectores contra sobretensiones y estabilizadores de voltaje.
El propietario de una berlina compartió un ejemplo de cómo la mala calidad de la energía limita sus operaciones. Cuando intentaron utilizar un segundo aire acondicionado, el voltaje cayó tanto que ninguna de las unidades pudo funcionar. Al final devolvieron el segundo aparato, incapaces de justificar el coste sin un suministro de energía fiable. El propietario de otro negocio explicó cómo los clientes que comparten la misma línea a menudo enfrentan restricciones para utilizar electrodomésticos como refrigeradores o ventiladores. Estas limitaciones reducen la eficiencia operativa y sofocan el crecimiento.
El costo financiero de estos desafíos es significativo. Las empresas deben asignar fondos para reparar o reemplazar equipos dañados, comprar generadores de respaldo e invertir en estabilizadores de voltaje. Estos gastos adicionales reducen las ganancias, lo que dificulta que las pequeñas empresas crezcan o innoven. Además, la mala calidad de la energía a menudo crea un círculo vicioso: las empresas que no pueden crecer tienen menos probabilidades de invertir en equipos o ampliar sus operaciones, lo que a su vez limita la demanda general de electricidad y ralentiza el desarrollo económico.
Los desafíos que enfrentan las empresas en Nigeria no son únicos. Se observan problemas similares en otras regiones en desarrollo, incluidos los asentamientos informales en Uganda, las comunidades rurales en Kenia y los centros urbanos en la India. La mala calidad de la energía socava los esfuerzos para lograr el acceso universal a una energía asequible, confiable y sostenible, un objetivo clave del Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 (ODS7).
Una de las principales razones por las que la mala calidad de la energía sigue sin abordarse es la falta de sistemas de medición consistentes. Si bien los cortes de energía son fáciles de identificar y rastrear, problemas como las fluctuaciones de voltaje y las distorsiones armónicas son más difíciles de monitorear. Las empresas de servicios públicos y los responsables de la formulación de políticas a menudo carecen de las herramientas necesarias para evaluar el alcance total del problema. Esta falta de datos dificulta el diseño de intervenciones efectivas, lo que hace que muchas comunidades tengan que hacer frente a una electricidad deficiente.
Otro desafío es el impacto a largo plazo de la mala calidad de la energía en el comportamiento del consumidor. Cuando las personas experimentan frecuentes problemas con la calidad de la energía, es menos probable que dependan de la electricidad para fines productivos. Este fenómeno, conocido como supresión de la demanda, puede tener consecuencias de gran alcance para el crecimiento económico. Si las empresas y los hogares evitan utilizar la electricidad porque no pueden confiar en su calidad, los beneficios de ampliar el acceso a la electricidad se reducen significativamente.
Abordar la mala calidad de la energía requiere un esfuerzo coordinado entre las empresas de servicios públicos, los formuladores de políticas, los reguladores y los inversores. El primer paso es establecer sistemas de medición sólidos que puedan rastrear las métricas de calidad de la energía en tiempo real. Al comprender la escala y la naturaleza del problema, las partes interesadas pueden identificar áreas prioritarias para la intervención.
Las empresas de servicios públicos deben invertir en modernizar la infraestructura de la red para reducir las fluctuaciones de voltaje y mejorar la confiabilidad. Esto puede incluir actualizar transformadores, reforzar líneas de distribución e implementar sistemas de monitoreo avanzados. Mientras tanto, los formuladores de políticas deben garantizar que los estándares de calidad de la energía se integren en la planificación energética y los marcos regulatorios. Sin directrices claras y mecanismos de cumplimiento, las empresas de servicios públicos pueden carecer de incentivos para abordar los problemas de calidad de manera proactiva.
Los inversores y donantes también tienen un papel fundamental que desempeñar. Muchas iniciativas de acceso a la energía se centran en ampliar las conexiones, pero se debe prestar más atención a la calidad de esas conexiones. La financiación para la modernización de la red, los sensores inteligentes y los programas de capacitación pueden ayudar a las empresas de servicios públicos a mejorar la prestación de servicios y garantizar que la electricidad sea accesible y utilizable.
Una solución prometedora para la mala calidad de la energía es El filtro armónico activo de YT Electric (FHA). Esta innovadora tecnología aborda las distorsiones armónicas, una causa común de problemas de calidad de la energía, compensando dinámicamente las fluctuaciones de voltaje y los desequilibrios de corriente. Al estabilizar el suministro de energía, el AHF protege los equipos sensibles, reduce las pérdidas de energía y mejora el rendimiento general de la red.
Para las empresas, los beneficios del AHF son inmediatos y tangibles. Con una calidad de energía mejorada, los electrodomésticos funcionan de manera más eficiente, duran más y requieren menos reparaciones. Esto se traduce en menores costos operativos y mayor productividad. Además, al reducir la necesidad de generadores de respaldo y estabilizadores de voltaje, el AHF ayuda a las empresas a ahorrar dinero y reducir su huella ambiental.
A mayor escala, el AHF puede desempeñar un papel vital en la mejora de la confiabilidad de la red y el apoyo al desarrollo económico. Al abordar una de las barreras clave para el uso productivo de la electricidad, permite a las industrias y comunidades aprovechar plenamente los beneficios de la electrificación. A medida que países como Nigeria trabajan para alcanzar el ODS 7, tecnologías como el AHF serán esenciales para garantizar que el acceso a la electricidad se traduzca en un progreso económico y social real.
La mala calidad de la energía es un tema crítico que merece mucha más atención por parte de los responsables políticos, las empresas de servicios públicos y los inversores. Socava los beneficios de la electrificación, suprime el crecimiento económico e impone costos significativos a las empresas y los hogares. Abordar este desafío requerirá una combinación de mejores mediciones, inversiones específicas y tecnologías innovadoras como el filtro armónico activo de YT Electric. Al priorizar la calidad de la energía junto con el acceso, podemos garantizar que la electricidad sirva como un verdadero motor del desarrollo sostenible.
suscríbase a nosotros para disfrutar de los precios del evento y obtener algunos de los mejores precios.